jueves, 15 de mayo de 2008

Mujer

Mujer,

la vida se ha vuelto un revólver en mis manos.

La Línea busca como yo
una sombra por las calles.

El miedo ha esposado mis palabras.
El residuo de la herida
Se ha filtrado en mi alma.
Uno ve el objeto que no llega.

Envejece el cielo
Se Cuentan sus arrugas
en el espejo,
El pelo,
Las silabas exactas,
los nombres muertos.

En el silencio del amor.

martes, 6 de mayo de 2008

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Estoy a punto de asfixiar a esa mujer que me dice: si desea deje su mensaje en la casilla de voz, cuando no respondes. O de repente se te ha muerto el celular en un instante. Y dices de pronto “me he quedado dormida”. E imagino que estas dormida, que las separatas de tu carrera se quedaron bajo tu cabeza. ¿No te parece tonto que piense ello… cuando de repente has ido al parque del amor o a cualquier parte, a platicar, para que no te sientas sola. Yo decido ir a buscarte con dos copias de mí en la calle, con mis dos miedos en las rodillas y ningún cielo en las manos cuando tu celular esta apagado. Que grande se hace Lima cuando no te encuentro. Me ves, y yo no te veo, sin embargo, cuando presiento que una monótona luz cae del cielo, me pierdo en mí, amor mío.

No te parece que ya estamos grandes. Que yo no soy demasiado niño para escribirte un poema sobre una ventana. Que el ruido del teléfono es demasiado agrio para no responder. Que mejor seria decir: Alo. (Hablar de la vida, y de alguna tristeza, cuando nos sentimos solos)